Entradas

Mostrando entradas de diciembre, 2017

Encuentros de agua y viento.

I: En la tormenta se encuentran el agua y el viento Mi frío, tu silencio. Tu fresco fluyendo, mi espesor cediendo.  Todo resulta cómodo, con dulzor, espléndido. II: De la lluvia a solas con el viento El frío en las gotas de lluvia, El frío en la densidad del viento, se encontraron con el silencio solitario que acompaña a todos por un rato. En el encuentro, se cruzó la deriva. En la deriva se arropó el delirio. En el delirio les aconsejó asirse con la solución de pensarse finalmente, tocarse. Abrazados Hallados En la locura De la lucidez Danzando. III: Una tormenta fue más que suficiente para encontrarse por completo En la tormenta no solo se hallaron El agua con, Su frío. El viento con, Sus discretos silbidos. Hay más que sólo frío, más que sólo vacío, más que solamente silencio. Aunque para ser sinceros, por sí solos son perfectos .

Nubes sin forma, flores que bailan sin que nadie lo pida.

Y oí que hoy, las nubes no tenían forma alguna. Solo fluían y ya. Me lo contaron el viento y las hojas. Las ramas de los árboles levemente asintieron. Entonces, alcé mi rostro y ahí estaban, amorfas, las nubes sobre mí, sonriendo y haciendo, alguna que otra morisqueta. Sin quedarse nunca quietas, así son ellas.  ~ Las nubes sin forma, fluían. ~ En el silencio, en un susurro o en un silbido. De todas formas podían contarme historias las flores y la yerba. Podían cantar canciones, o no cantarme nada. Pero aunque no hablaran, eso sí, siempre bailaban.  ~ Las flores bailaban, sin que nadie se lo pidiera. ~